miércoles, 25 de mayo de 2016

Esos ojos...

Sábado por la tarde...

Puerto del Rosario...

Feria del libro...

Paseando y cotilleando los puestos, no puedo evitar que mis manos y mis sentidos se dirijan a los libros infantiles. Para mi también miro, no lo niego, pero hoy por hoy sigo en el empeño de preparar una buena colección de lecturas para mi niña, para Shivani.

De repente, en un riconcito, me llama la atención una mirada, una carita...


Me acerco un poco más, y ¡anda!, ¡pero si te conozco! Eres MOWGLI... 

Hace muchos años Rudyard Kipling te creó, te dió la vida, y tu alma se quedó grabada en la memoria de los niños de muchas generaciones. Yo soy una de ellas, te lo confieso. Y quiero transmitir tu legado ahora a mi hija. Ella también te querrá, porque además, venís de la misma tierra.

El caso es que ahora te han puesto un poquitín más al día, pero respetando tu esencia. Lo ha hecho la editorial Edelvives, en un album maravilloso, adaptado por Maxime Rovere, y con unas ilustraciones increíbles de Justine Brax. Debo decir que la traducción que ya saboreo es de Elena Gallo.


                 

¿Sabes?, releyendo tu historia, me doy cuenta que tuviste mucha suerte, y que espero que Shivani llegue a tener unos amigos tan diferentes y tan fieles como los tuyos. El sabio Baloo; la discreta Kaa; o la fiera Bagheera. Son algunos de ellos, pero no todos, claro. Cada uno te cuidó, protegió y te enseñó a defenderte en la vida. 


Bueno, pequeño, me alegro mucho de nuestro reencuentro. Ya formas parte de la biblioteca de tu nueva amiga, de mi chiquitina. Os presentaré, y le enseñaré a quererte y a divertirse contigo. Seguro que lo consigo, te lo prometo. 

domingo, 27 de marzo de 2016

Momento 13

Sueños despiertos

Hola preciosa. Te escribo para contarte un sueño que he tenido. Pero con lo ojos abiertos, que es lo más curioso. Estoy un poco loquilla, lo sé, ya te irás acostumbrando a mis pensamientos en voz alta y cosas así. 

Verás, esta semana he recibido un correo de la agencia de la que te he hablando en varias ocasiones. Sí, la que hará que nuestras vidas algún día sean una, y donde un sin fin de ángeles están haciendo magia. Pues bien, me han dicho algo importante, y como no quiero distorsionar las palabras, te las pongo tal cual me vinieron: 


"Te escribo para informarte que hoy ha salido tu expediente para India. Cuando lo reciba el orfanato, lo revisará y lo presentará ante el CARA para obtener el NOC (Certificado de No Objeción), el primer visto bueno."

Sí, también me han dicho que esto llevará unos cuantos meses y que me irán informando segun vayan recibiendo noticias. Ya ves, mi niña, ¡¡MESES!!

Pues verás, como ya te siento cerca, y como te comenté antes, hoy he estado soñando con nosotras. He estado en la playa esta mañana, y no pude evitar fijarme en la estampa:


Día bonito, mar en calma, arena tibia y familias jugando en la orilla y pasando un día tranquilo. Me ha dado cierta envidia, porque es lo que he deseado toda la vida. Y me he puesto a pensar en que pronto, si todo va bien, nosotras, tú y yo, seremos las que nos divirtamos con un plan tan sencillo como genial. 

¿Qué te parece? Tu abuela te sacará fotos, porque le encanta y siempre tiene el móvil a punto. Tus tías te llevarán a caminar, a contar pececitos, a verlos debajo del agua con unas gafas especiales. Mis amigos te enseñarán a hacer castillos de arena. Y sí, seguramente te inviten a un refresquito después. Y yo te esperaré para que me cuentes las aventuras que has vivido llenas de salitre. Eso cuando vayamos todos, o algunos. Cuando lo hagamos juntas, será igual, solo que tú y yo.

Y cuando lleguemos a casa...

 
...una duchita. Te secarás con toallas como ésta, con tu inicial, o tu nombre bordado, regalos de tu abuela. Pijama limpio y fresquito. Comida o merienda rica, y quién sabe, a lo mejor nos ponemos a practicar un poquito el idioma. Sí, porque tú me ayudarás a mejorar mi inglés, y yo te enseñaré a expresarte en tu nueva lengua. Y después, claro, a jugar. Juntas. O a tu aire. Como quieras mi cielo.

Ya ves, con todo ésto he soñado hoy, y en ningún momento con los ojos cerrados. Es que te anhelo, pequeña. Te necesito también. Por esto y por otros muchos sentimientos, te seguiré soñando. Porque te lo prometo, hay sueños que se pueden convertir en realidad...



Hasta pronto, cariño...
 

domingo, 28 de febrero de 2016

Momento 12

Cuenta atrás

Mi niña, mi pequeña, he empezado a tachar días en el calendario que marca el comienzo de nuestra vida en común. Hasta ahora no me lo había permitido porque no sabía fechas, y debía ser prudente. Ahora, en realidad, tampoco, pero ya me han dicho más o menos cuando podría producirse nuestro encuentro.

Verás, te cuento. Hace unos días me llamaron para que me personara en Madrid para firmar ante notario todos los documentos que necesitamos para estar juntas. Se trataba del último paso por mi parte para que este sueño se convierta en una realidad.


Qué nervios. Qué ilusión. Y qué respeto. Cuando uno ve tantos documentos delante, y piensa en todos los sentimientos que hay en ellos, mil emociones se pasan por la cabeza y por el corazón. Debo reconocer que cuando terminé de firmar, casi se me saltan las lágrimas. Y no es para menos. Porque con mi rúbrica le digo al mundo que estoy convencida de mi decisión, y preparada para tenerte en mi vida. Ya eres una realidad, y empiezo a soñarte con los ojos abiertos.


La reunión en Madrid también sirvió para hablar de ti, de mi niña, de mi Shivani. Se me ponen los pelos de punta, porque ya puedo decir tu nombre sin miedo a perderte. Y en un plazo de 3 a 6 meses ¡¡¡PODRÉ IR A POR TI!!!

Tengo mil dudas, mil preguntas. Quiero ser tu mamá en lo bueno y en lo malo, y ver como te conviertes en una mujer sana y buena. Procurarte amor, educación y valores. Y espero estar a la altura. Como dice una amiga, me tranquiliza saber que tienes dudas, porque la perfección no existe.

Así que mi niña, aquí estoy, pensando en ti y preparando tu llegada, sobre todo mentalmente. Lo material, no dejan de ser adornos, como éste tu primer presente:


Este osito me acompañará cuando vaya a buscarte, y lo llevaré conmigo cuando nos encontremos. Te lo aseguro, en él hay mucho amor, porque me lo regaló una persona muy especial que me quiere y sabe que pronto tú serás quien lo achuche. Estoy segura que nos traerá mucha suerte y nos ayudará a crear el vínculo entre nosotras.  

Preciosa, te mando mil besos en las nubes que cubren el cielo de mi parte del mundo. Espero que los vientos los lleven hasta ti...

domingo, 31 de enero de 2016

Momento 11

Shivani, mi niña

El jueves 28 de enero recibí una de las llamadas más importantes de mi vida. La persona que estaba al otro lado del teléfono me preguntó si estaba de pie o sentada. Solo con esas palabras me empezaron a temblar las piernas y apenas pude articular palabra.

Sentada, le dije yo. Y madre mía, menos mal, porque la noticia que me dio fue de las más maravillosas que he recibido nunca. ¿Sabes por qué? Porque me hablaron de ti. Y no como un sueño, ni como una ilusión, sino, por fin, de ti como persona real que siente, respira y vive. 

Si la llamada me puso la piel de gallina, cuando recibí un correo electrónico con todos tus datos, no pude parar de leer y releerte. Quise mantener la compostura, pero cuando te vi, tu foto, tu carita, ¡ay, me emocioné muchísimo!

Eres tú, mi pequeña princesa de piel del color de la canela. Mi anhelo hecho más real. Shivani, mi niña. Sí, ese es tu nombre, y desde el principio me conquistó, me atrapó como una seda suave. En ese momento supe que te lo mantendría. ¿Quién soy yo para cambiar parte de tu identidad y de tus raíces? Sí, te lo confieso, tenía pensado un par de nombres para tí. Pero no, mi cielo, serás la preciosa Shivani.

¿Y ahora qué? Pues tengo que reunir una serie de documentación, un poco más de burocracia y hacerte un álbum con fotos mías para que tú también me vayas conociendo. Y me han dicho que debo dirigirme a ti no con mi nombre, sino como tu mamá. No te imaginas cómo me siento ahora que empiezo a llamarme a mi misma así. Es una sensación increíble y que pensaba que nunca llegaría. Pero ese nunca ahora se transforma con la magia de la esperanza en un siempre. Por eso te doy mi primer GRACIAS, por haber nacido y por estar ya en mi corazón.

Es pronto para decirlo, pero sé que ya te quiero, y con estas palabras te doy la bienvenida a mi vida. A partir de ahora mira al cielo, verás que las nubes tienen forma de besos. Son míos, te mandaré uno cada día con las estrellas para que te acompañen hasta que te pueda abrazar y dártelos en persona.

Shivani, mi niña...


miércoles, 20 de enero de 2016

Corazón de purpurina

El pez volador está muy contento porque pronto se celebrarán sus fiestas favoritas, los carnavales. Es lógico, porque ha nacido en Canarias, y aquí, se viven de una forma muy especial.

Ya está como loco preguntándome por el disfraz de este año. Nervioso e impaciente, le llevé a un sitio a coger ideas, a empaparse de lleno en el espíritu de los días de los antifaces y la alegría. Y dónde mejor que en un acto lleno de emociones, esfuerzo e ilusión, el décimo aniversario de la murga los TICTACTITOS

Me invitaron a participar a compartir ese momento junto a ellos, y el modo en el que  lo hice fue escribiendo un cuento y leyéndolo el día en cuestión. Y esta fue mi creación:

CORAZÓN DE PURPURINA
Érase una vez una lentejuela que nació en un taller de costura llamado FANTASÍA. Su vida transcurría entre manos artesanas e hilos de color. Era feliz, pero no sabía que podía serlo más.

La casualidad hizo que un día de invierno una ráfaga de aire le llevara hasta la ventana del taller, y se quedó pegada al cristal. Es curioso, nunca se había planteado que detrás de ese marco transparente se escondía un mundo maravilloso.

Pero lo que más le llamó la atención es lo que descubrió al otro lado de la calle. Un sitio mágico, un lugar donde se cantaba, se bailaba, se jugaba y donde se aprendía a hacerse mayor entre zapatones y narices de gomaespuma. Era la sede de una murga infantil, LOS TICTACTITOS. 
 
Desde ese momento supo que debía ir hacia allí, porque sentía que ese sería su lugar en el mundo. 
 
Nuestra lentejuela no podía esperar, tenía que idear un plan para cruzar el mar de asfalto y coches que le separaba de las notas musicales más alegres y divertidas que jamás había escuchado. Pero, ¿cómo hacerlo? 
 
Poco a poco descubrió que estaba rodeada de los mejores compañeros del mundo, porque desde que pidió ayuda a sus amigos del taller, todos se pusieron a idear la forma más ingeniosa de llegar a donde quería la lentejuela soñadora. Pero todos sus esfuerzos no dieron los frutos deseados.

Una noche, entre lágrimas de plata, miró al cielo y pidió a la estrella más brillante que hiciera realidad su deseo. A cambió, la lentejuela le prometió al astro que si lo conseguía, haría reir a muchos niños durante el resto de su vida.

La estrella, que escuchó atenta la plegaria, iluminó a todos los habitantes del taller y les desveló la solución que haría realidad la ilusión de la lentejuela. ¿Y saben cuál fue? Que todos habían tenido grandes ideas para ayudar a la pequeña, pero por separado sería imposible lograr el reto. El secreto consistía en unir sus fuerzas. 
 
Así que bien temprano, mientras la redondita seguía durmiendo, hicieron un barquito con un ligero dedal en el que colocaron una maravillosa vela de seda. A cada lado del cuerpito de la nave, se desplegaron unas alas de fieltro del color del sol. Forraron toda la base con un precioso encaje donde iría bien sujeta la lentejuela y todo lo unieron con el más resistente hilo de oro. 
 
Listo, era perfecto. Así que despertaron a la brillante viajera. Era el momento, porque los duendecillos de la alegría se habían fijado que la puerta de la sede de TICTACTITOS estaba abierta. No había tiempo que perder.

Todos, alrededor de la pequeña lentejuela, la llenaron de besos, y le dijeron que no, que no le iban a decir adiós, solo hasta lueguito. 
 
Así pues, nuestra amiga subió nerviosa a su barquito. Entre todos la elevaron a la ventana del taller, la abrieron, y soplaron con la fuerza suficiente para que pudiera llegar al otro lado de la calle. Mientras volaba hacia su nuevo hogar giró el rostro y con una gran sonrisa agitó su mano agradecida.

Llegó sana y salva. Ya estaba allí. Empezaba una nueva vida, con una nueva familia. Lo primero que hizo fue ir hacia donde estaban las directoras, se puso en medio de ellas, y con mucho respeto y educación, les dijo:

-Hola, soy la nueva lentejuela, y tengo el corazón lleno de purpurina...

Esto ocurrió hace ya diez años. Y desde entonces, la pequeña lentejuela cumple cada mes de febrero con la promesa que le hizo a la estrella brillante. Nadie se explica cómo, pero siempre consigue deslizarse en su disfraz hacia ese punto donde el traje hace cosquillitas en la piel de un tictactito. Y de ese modo, cada año está haciendo reir a un pequeño murguero.

FIN

¿Les ha gustado? Espero que sí. El Pez y yo estábamos muy nerviosos cuando tuvimos que contarlo delante de todos los asistentes al acto, pero bueno, creo que no estuvo del todo mal. Les invito a compartir este momento y otros muchos en el video que les pongo a continuación, y que grabaron los amigos de MAFASCA TV 


Desde este humilde portal, solo puedo dar las gracias a todo el equipo de la murga por haberme propuesto esta maravillosa idea; felicitarles por tantas cosas en este aniversario tan especial, y desearles un muy feliz carnaval a tod@s, sobre todo a mis niños queridos.

Y por si fuera poco, me regalaron este precioso ramo de flores




GRACIAS

 

domingo, 8 de noviembre de 2015

El pez aprende a decir adiós

A un ser alado...

Hoy estoy un poco preocupada porque noto a mi pez volador un muy triste. 

¿Habéis visto alguna vez a un pez llorar? Sus lágrimas son pequeñas estrellas que se transforman en espuma y se elevan al cielo. Por eso me he dado cuenta, y al preguntarle el por qué de su melancolía, de sus suspiros desconsolados, me ha dicho que tiene a alguien que se marcha de su trocito de mar, y que como no le había ocurrido antes, no sabe cómo despedirse, cómo decir adiós con sus aletas.

Tiene razón, no se lo había explicado hasta ahora. Me he puesto a pensar en nuestros niños queridos, en cómo aprenden a despedirse, a asumir que no volverán a ver a algún amiguito, o a algún familiar.

¿Cómo se les enseña? En realidad no lo se, pero supongo que lo importante es estar cerca de ellos y responder a sus preguntas sobre la ausencia de alguien a quien echan de menos. 

De pequeña fui a muchos campamentos de verano, y creo que el peor día de todos era el último. Antes de marcharnos de cada emplazamiento, de subirnos en los autobuses para emprender la vuelta a casa, solíamos cantar siempre la misma canción. Nos cogíamos de las manos y sí, lo admito, echábamos hasta el moco más profundo, porque era el momento de decir adiós a los compañeros con los que tantas cosas habíamos compartido. 

Era esta:


Se la he puesto a mi pez, y si bien no le ha alegrado los ojitos, al menos ha estado cantando un ratito y bailando sobre las olas. Creo que es la forma de recuperarse del adiós a su amigo volador. 

Le va a costar mucho no volver a verle, porque según me ha dicho mi pez, este ser alado ha sido muy especial. Han debido compartir muchas aventuras, y lógicamente, saber que mañana no lo verá, que no va a poder jugar con él, ni contarle sus secretos, será durillo.

Pero ahí estaré yo, para darle ánimos y resolver sus dudas. Por lo pronto, y pensando en su amiguito con alas, he recordado un cachito de poema de un autor de sobra conocido, Edgar Allan Poe, que habla de despedidas y que dice así:

Un sueño
¡Recibe en la frente este beso!
Y, por librarme de un peso
antes de partir, confieso
que acertaste si creías
que han sido un sueño mis días;
¿Pero es acaso menos grave
que la esperanza se acabe
de noche o a pleno sol,
con o sin una visión?
Hasta nuestro último empeño
es sólo un sueño dentro de un sueño.

Pequeño pez, recuerda a tu ser alado con cariño, con amor y déjale partir. No es fácil, y más de una vez tus lágrimas se confundirán con el agua turquesa. Pero mi niño, piensa que él va a estar bien, y que si vuestra historia ha sido tan bonita como me has dicho, vuestros pensamientos volarán muy alto y se encontrarán en el reino de los sueños.

Levanta tu aleta, agítala suavemente y dile... ¡hasta pronto y buena suerte!

martes, 21 de julio de 2015

Diario de una ilusión: Momento 10

Familia Durán Santana

Lo pone un papel, se dirigen a mi, a nosotr@s, como Familia, y me emociona leerlo. Sí, en ello estoy trabajando desde hace mucho tiempo, antes incluso de que presentara la primera solicitud, el primer escrito, el inicio de mi camino hacia ti.


Suena bonito, ¿verdad?

Y no solo eso, a lo mejor, quién sabe, podría ser que ya estuviera viendo tu carita. 

¿Por qué?

Porque ya sé de dónde vas a venir, a dónde se dirigen mis pasos, el lugar en el que nos encontraremos, el sitio donde nacerá nuestra historia como familia, como madre e hij@. Sea como sea, aquí estás, o estarás y solo por eso me llenó de calor la lectura de estas palabras:






Efectivamente, este es, o será, tu hogar, en tus primeros años, el SAHYOG VILLAGE, en el Estado de Jharkhand. Sí, ya estoy estudiando cómo es el lugar, qué puedes estar viendo con tus ojos inocentes, qué cosas ocurren a tu al rededor. Hablo en presente, por si ya seas. Y mis estudios van un pasito más allá. Resulta que hace poco me han regalado un libro precioso, y que posiblemente entiendas mejor tú que yo. Se trata de Cancioncitas de Rosas y Azafrán de la Editorial Kókinos, y recoge, ni más ni menos, 28 canciones, nanas, coplas y juegos de dedos de la India, Pakistán y Sri Lanka. 



Te propongo un trato, yo te querré incondicionalmente, te cuidaré y velaré tus sueños. Y a cambio, tú, me enseñarás a cantar y a entender las letras de estas canciones. Porque sí, cada tema viene traducido, y me dice lo que escucho, pero seguro que tú las tienes grabadas en tu ADN aun sin saberlo. ¿Qué te parece? Por ejemplo, ¿qué sientes cuándo oyes ésto?




Pequeñ@, como ves, cada día estamos un poquito más cerca. Ah, además, ya hoy puedo decir que he completado tu expediente, ya tengo toda la documentación que me permitirá tenerte. La burocracia es así. Pero no me importa, ni me molesta. ¿Cansa?, un poco, no te voy a mentir, pero cada uno de estos escritos es otro escalón. Nadie dijo que fuera a ser fácil, ¿verdad?

Te mando un beso con alas, para que volando llegue hasta ti.

Hasta pronto, cielo.

PD: Gracias a los que han hecho posible que por fin haya completado el expediente. Los quiero a todos muchísimo. Bueno, a los funcionarios de las instituciones a las que me he dirigido, no, se entiende, claro, pero igualmente les doy las gracias.