miércoles, 23 de agosto de 2017

Momento 22

¡¡FELICIDADES MI NIÑA PRECIOSA!!

Sin querer me fijo en la cantidad de momentos que contiene este "Diario de una ilusión", y también, sin querer, me doy cuenta que las últimas entradas no han sido chispeantes como las primeras, ni emocionantes como las del medio. Lo siento, hija, la chispa a veces se resiente y la emoción se pone a prueba cada día que no sé nada nuevo sobre el proceso de tu adopción.

Cariño, cuando creé esta crónica, lo hice pensando en que algún día te la regalaría para que pudieras comprender cómo llegaste a mi vida. Creo que es fundamental que conozcas estos pasos, y que sepas cómo aprendí a quererte en la distancia, a esperarte sin conocerte, a imaginar una vida en la que ni tú ni yo nos volveríamos a sentir solas.

Bien, pues toda crónica, todo diario, si es sincero, si se escribe con el corazón, no puede estar siempre lleno de alegrías y cosas positivas. Sencillo, porque no es lo natural, no es humano. Y así son estas letras, un juego de subidas y bajadas, como el tobogán más impresionante que hayas conocido.

Pues a ver, te resumo en qué momento estamos:

La última vez que te escribí fue en el mes de junio, y entonces te contaba la aventura de la renovación del visado de tu abuela y el mío, del informe de idoneidad del Gobierno de Canarias y una serie de locuras más, que, afortunadamente, tuvieron solución.

En ese momento me dijeron que ya quedaba poquito para nuestro encuentro, y que todo dependía del juez de India que llevara nuestro caso. Juzgado designado, representantes preparados, y adelante con la carrera judicial. Se celebró una primera vista, en la que me comentan que todo fue positivo, y que habría una segunda vista el 4 de agosto, y que en ella sabríamos cosas más concretas. Bien, estamos a 23 de agosto, y aun no sé nada más. Creo que en tu país no tienen prisa ninguna para que tú y yo nos conozcamos.

Entre tanto, recibo un regalo en forma de fotos nuevas, y aunque me de la sensación de que se trata de la zanahoria que se coloca delante de los burros para que se concentren y mantengan su vista puesta en algo rico y sabroso al alcance de la nariz pero no de la boca, me emociono, y no dejo de mirarlas cada día. Te estás haciendo mayor, mi niña, estás creciendo aparentemente sana y feliz. Y es que has cumplido 8 añazos, ¡¡y se nota!!




Estás preciosa, mi princesa. Y qué quieres que te diga, se me parte un poco el alma cuando te veo y te pienso. Pero al mismo tiempo sé que no puedo caer ahora, porque estamos en el último tramo que intuyo el más duro emocionalmente, y necesito estar fuerte para ti. 

Por lo pronto, me han regalado un nuevo libro por mi cumpleaños, y ya estoy como loca imaginándome, imaginándonos, haciendo alguna de las recetas que contiene, porque mi niña, te aseguro que tienen todas una pinta muy muy rica. Es "Mi cocina india familiar", de Anjali Pathak y publicado por la editorial NEO-COOK:



Delicioso en apariencia, impresionante el interior. 

Bueno, mi estrella, me voy despidiendo, y espero de corazón no tardar tanto en escribirte, porque eso significará que sé algo nuevo sobre ti. ¿Que deseo que eso ocurra?, ¡¡ni te imaginas!!

Te mando trillones de besos, y lo hago mediante la postal que te he enviado este año, y que espero que te hayan hecho llegar:



Mami te quiere, mami te espera...

martes, 13 de junio de 2017

MOMENTO 21

Hola mi princesa.

No, no me he olvidado de ti, aunque lo parezca por el tiempo que hace que no te escribo. Lo siento mucho, créeme.

Digamos que ha habido una serie de contratiempos que me han tenido entretenida, y sin muchas ganas de contarte cosas. Ya sé que eso no es bueno, porque te quiero tener al día de todo, pero piensa que mamá no siempre estará bien, aunque lo intentará por ti, eso seguro. Como dice tu abuela, cuando se está mal, "salud de bote". ¿Qué qué significa? Sencillo, cuando no te salga una sonrisa, píntatela.

Pues eso trato de hacer yo cada vez que pienso en ti.

Uno de esos cotratiempos que te comento, y que se ha solventado tenía que ver con el Certificado de Idoneidad emitido por el Gobierno de Canarias, y que caducó en abril de este año. Como bien sabía yo, éste tenía una vigencia de tres años, siempre y cuando en ese periodo de tiempo, no se hubiera producido la asignación de un menor. 

En mi caso, así es, porque desde enero del año pasado, del 2016, tengo tu carita tatuada en mi alma.

Pero, por un despiste burocrático, y tal y como te conté en el post anterior me llamaron del Gobierno para decirme que tenía que renovar ese documento, y para ello, debía reunir documentación como la primera vez que lo obtuve.

Bien, pues desde la Agencia de Adopción me confirmaron que no hacía falta porque ellos tenían un documento del Gobierno de Canarias en el que claramente se lee que no es necesaria la renovación porque yo ya te tengo asignada. 


Ese "problemilla", solucionado.

Otro de los quebraderos de cabeza vino de la mano de los visados. Estos sí que se caducaron en el mes de abril. Bueno, pues venga, a tramitarlos de nuevo. Todo es poco para tenerte a mi lado. Y cuando envío la documentación a la empresa que los tramita, que es distinta a la que los hacía la primera vez que los gestioné, me ponen pegas, hasta en dos ocasiones, con las fotos; cuando eran las mismas, exactamente las mismas, que las presentadas en octubre de 2016, y que como tal, están impresas en el visado anterior. 

Bueno, no hay problema. Nos hacemos fotos nuevas, las mandamos, y para adelante. Pero no, no fue tan sencillo. Las fotos si valieron. Pero resulta que hubo un problema en los sistemas informáticos de la empresa gestora, y me ofrecieron un tipo de visado un periodo de vigencia inferior a los seis meses. 

Consulté de nuevo con la Agencia de Adopción, y me aconsejaron que esperásemos. Así se lo transmití a la empresa, y bueno, dicha espera ha durado casi un mes. 


Pues ya está. O no, porque me sigues faltando tú. Tu país sigue sin poner fecha para nuestro encuentro, y aunque me desespero, me entristece, y hasta podríamos decir que me enfada, no puedo permitir que los sentimientos negativos me dominen, porque tengo la sensación de que si se apoderan de mi, me alejo de ti.

Princesa, acabo como empecé, diciéndote que no me he olvidado de ti. Ni muchísimo menos. Miro cada día tu foto, y te lanzo un beso con los ojos, con el corazón. 

Pequeña, sea cuando sea, nos queda un día menos para estar juntas.