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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Feliz Navidad

Ha llegado esa época del año en la que la alegría es un deber, las sonrisas son la mejor excusa, la familia es una garantía y los amigos son un regalo más. Todos estos elementos son los que deben adornar nuestro árbol. Tenemos que iluminarlos bien, para que no se nos olvide lo importante que son. Quizás no nos demos cuenta, pero cuando alguna de las piezas del rompecabezas se pierde, se echa muchísimo de menos, se añora su presencia. 

Vivimos una era tecnológica, y la unión se puede llevar a cabo de muchas maneras. No es malo convivir con los nuevos sistemas de comunicación, siempre y cuando los utilicemos para eso, para enriquecer nuestras vidas, para acercar, por ejemplo, Birmania con Canarias, ¿verdad hermanita? 

Es una época también de consumismo extremo, en el que muchas veces obviamos las cosas más simples, las que en el fondo sabemos que nos hacen felices. El otro día, hablando con una compañera de trabajo, me decía que este año los Reyes Magos iban a venir muy flojitos, que si las cenas importantes iban a ser más modestas, etc. La escuché, y seguidamente le dije: 

-Yo: Te entendí que este año tienes a toda la familia contigo, a tus hermanos, a tus padres, a tus hijos y a todos los sobrinos, ¿no?

-Ella: Sí, y no veas la de años que no nos reuníamos todos. Por unas cosas o por otras, no ha podido ser antes.

-Yo: Pues niña, ahí tienes el mejor de los regalos. Como si se sientan a comer huevos y papas fritas. ¿No compensa eso los regalos flojitos, las comidas modestas?

-Ella: Pues también es verdad. 

Esta fue en esencia nuestra conversación. ¿Están de acuerdo conmigo? 

Supongo que los años me han dado una visión diferente de estas fiestas tan especiales. Reconozco que no son santo de mi devoción, que me ponen un poco triste, porque recuerdo con auténtico desconsuelo a los que ya no están a mi lado, o a los que están lejos. Pero hago un esfuerzo, porque los que sí tengo alrededor, viven la Navidad disfrutándola, haciéndola mágica. 

Como verán, en esta ocasión no les estoy hablando de ningún libro, de ninguna serie de televisión. Pero es que no quiero hacerlo, porque como dije antes, son días de compras, un tanto compulsivas a veces, a lo loco en ocasiones. Y no quiero influenciarles en ese sentido. Eso sí, ya saben de qué pie cojeo, y los que me conocen, o los que lo van haciendo, sabrán de mi debilidad por las aventuras en papel, por las historias bien contadas o dibujadas.


Cada hoja representa el aleteo de la imaginación, y en sus manos está proporcionarles a sus niños queridos la posibilidad de soñar despiertos, de jugar a ser los personajes de los relatos más divertidos. 

Disfruten con ellos. La Navidad con pequeños en el hogar debe ser una delicia. Y recuerden, ellos son el regalo, y ustedes lo son para ellos. Todo lo demás son adornos que, en el mejor de los casos, y gracias a la ilusión, les arrancarán sonrisas y momentos de juego. Pero recuerden, cada vez que empaquetan algo, una parte de ustedes quedará para siempre en ese papel, en ese regalo. 

Un beso muy grande, gracias por estar ahí y

 

Nos vemos en el 2013