Mostrando entradas con la etiqueta Hospital Doctor Negrín. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Hospital Doctor Negrín. Mostrar todas las entradas

sábado, 21 de diciembre de 2013

Una sonrisa por Navidad

A doña Pilar


Cada año, cuando llegan estas fechas, se nos invita a sacar del armario nuestra mejor sonrisa. Y si no la encontramos, debemos hacer el esfuerzo y buscarla bien. ¿Seguro que no hay una en el cajón de los calcetines? Mejor miramos en la nevera. ¡¡Sí, esa, la que escondiste en el congelador!! Sácala, ponla un ratito al sol, y cuando esté calentita, te la colocas.


¿Por qué? Muy sencillo. Porque seguramente a nuestro alrededor hay alguien que no lo está pasando bien. Por esa persona debemos hacer el esfuerzo. Y se los aseguro, merece la pena.

Estos días he tenido que acudir a un hospital a acompañar a un familiar a someterse a un tratamiento un tanto durillo. En ese lugar, mientras esperaba, veía caras, gestos, miradas, lágrimas. Detrás de cada compañero de sala mi imaginación le regalaba una historia. Y ellos a mi. Y de entre todos, me quedo con una pareja entrañable.

Ella acudía cada mañana a recibir su medicina mágica. Así se lo explicó su esposo a una nieta que acudió con ellos el último día que los vi. ¿Y saben qué? Efectivamente esa medicina debía ser mágica, porque con la sonrisa de doña Pilar se iluminaba todo el pasillo. Incluso, me daba la sensación que las bolas del árbol que allí había brillaban aun más cuando ella salía por la puerta.


Árbol de Navidad del pasillo de Radiología del Hospital Doctor Negrín, Gran Canaria

Con gestos tan sencillos como esos un mal trago se puede disfrazar y convertirse en un regalo. Y amigos, estamos en la mejor época del año para hacer ese tipo de ofrendas. El consumismo nos está engullendo, y sí, todos picamos. Pero recuerden que en las pequeñas cosas, en los momentos compartidos con amor y con cariño está la verdadera Navidad. Ese es el espíritu que debemos transmitir a nuestros niños queridos.

Así que aunque cueste, porque cuesta, cuando salgan a la calle, píntense una sonrisa en el rostro. Repártanla gratis, porque sí, porque podemos dar calorcito a un corazón triste, porque alguien la puede necesitar, porque podemos poner un arco iris en el cielo de quien llueve, de quien llora.

Por eso, para ti, para mi, una sonrisa por Navidad...


Mi Pez Volador y yo les mandamos un saquito de besos y les deseamos una Feliz Navidad.

P.D.: Gracias también a las sonrisas regaladas por el personal del Hospital Doctor Negrín, concretamente a los de la Unidad de Radiología. Ellos sí que saben hacer esa clase de regalos que ni se compran ni se venden con dinero.