Te quiero soñar, pero debo aprender a hacerlo. No de golpe, ni de forma improvisada. Aun no eres en mi, pero estás más cerca, sigo escalando la montaña que me llevará a tus manitas.
Hace aproximadamente un mes, día arriba, día abajo, la ilusión se volvió papel, y fue entonces cuando supe que vendrías. Más tarde o más temprano, pero todo empezaba a materializarse.
Ese mismo día comencé a hacer llamadas, a apuntar en un folio las distintas opciones que se me ofrecían, a preguntar por los siguientes pasos que debía dar. Un poco de nervios, un poco de desorientación, un poco de ansiedad. Pero nada que no se pudira arreglar con paciencia y ganas.
Tras varios contactos fallidos, por fin encontré lo que buscaba, la agencia con la que quería trabajar, y que me llevaría hasta ti. Lógicamente me preocupé por cotillear todo lo que aparecía en internet sobre esta organización. Finalmente, tras sopesar los pros y los contras, me decidí y les llamé por teléfono. Y así como quién no quiere la cosa, concerté una primera cita con ellos. Se trata de Niños sin Fronteras, y en sus manos he depositado mi confianza.
Ese mismo fin de semana, tuve tiempo de celebrar a lo grande las buenas noticias, y además, rodeada de unas personas sencillamente excepcionales. Y justo es también decirte que estamos recibiendo, tú y yo, muchísimos apoyos y ánimos, de amig@s, familia y seres maravillosos. Eso, te lo aseguro, le proporciona un calorcito al corazón indescriptible.
Para muestra, un botón, mira qué contenta estaba quien te escribe:
Creo que se me nota la felicidad, ¿verdad?
El caso es que ya el tren hacia La India ha partido. Poco a poco estoy consiguiendo mi objetivo, que no es otro que poder tenerte a mi lado.
La burocracia parece más lenta cuando uno es el que se topa con ella, y eso que yo trabajo dentro de la misma. Pero tranquil@, tengo fe, y sobre todo, alegría para ti y para mi. Que el camino se hace largo y pesado, no importa, más fuerte te abrazaré.
Y para que veas que de algún modo me preparo para tu llegada, sigo comprando libros para leerte, para compartirlos junt@s. Las últimas adquisiciones las consguí en la Feria del Libro de la ciudad donde vivo.
Uno es Cuando las aguas duermen, de la colección Saco de Brujas de la Editorial La Galera. Ya verás, es una preciosa adaptación de Gabriel Janer Manilla y con ilustraciones de Jesús Gabán, publicado en 1996.
Y el otro es una divertida historia titulada El secuestro de la primavera, de Joaquín de Déu Prats, ilustrado por Francesc Infante y publicado en 1999 por la misma editorial del libro anterior, es decir, La Galera.
Como ves, sigo trabajando por ti, para ti, para que un día podamos ir de la mano, y caminar junt@s hacia el futuro que estamos fabricando.
Te sigo esperando...
Y el otro es una divertida historia titulada El secuestro de la primavera, de Joaquín de Déu Prats, ilustrado por Francesc Infante y publicado en 1999 por la misma editorial del libro anterior, es decir, La Galera.
Como ves, sigo trabajando por ti, para ti, para que un día podamos ir de la mano, y caminar junt@s hacia el futuro que estamos fabricando.
Te sigo esperando...