He escrito
ciertas palabras en cursiva para poner el acento sobre ellas, porque lo cierto
es que no me gusta hacer distinciones. Cualquier libro puede ser leído por todo
aquel que le apetezca sumergirse entre sus páginas. ¿O es que en el colegio, en
el instituto, o en la universidad, cuando teníamos lecturas obligatorias, el
profesor separaba la clase entre chicos y chicas para repartir los textos entre
unos y otras? No, ¿verdad? Yo no lo recuerdo.
Me gustaría
pensar que en las familias ocurre igual, que no se eligen las lecturas por
géneros, porque en mi opinión, eso supone una discriminación enmascarada. Debo
aclarar que no tengo hijos, y puede que por este motivo piense así. Aunque creo
que si algún día los tengo, me preocuparé por proporcionarles los textos en
función de sus gustos, sin tener en cuenta si llevan faldas o pantalones.
Este rollo
viene a cuento porque el libro del que les quiero hablar hoy me lo regalaron en
1986, y, en principio, se sale de los cánones establecidos en materia de
regalos para niñas. El caso es que disfruté con él muchísimo, sobre todo porque
me descubrió unos paisajes lejanos, y una cultura que desconocía por completo.
Se trata de Miguel
Strogoff, de Julio Verne, publicada por primera vez en 1876.
Este es mi
ejemplar, publicado por la Editorial Molino. Por cierto, esta editorial ya no
lo tiene en su catálogo.
Esta es la
reseña que podemos encontrar en el Grupo Edebé, que lo tiene a la venta para jóvenes de 16 años.
Así que como verán, no se trata de una lectura infantil, pero sí para
jovencitos que quieran vivir aventuras en papel. Como curiosidad, les diré que
yo me lo leí con 12 años.
«Miguel Strogoff,
es en realidad un agente secreto del zar de Rusia y, como tal, un hombre de
acción. Su misión es llevar un importante mensaje al otro extremo del imperio,
sacudido en esa época por levantamientos y guerras, plagado de espías y
amenazas. El lector vivirá con él todo tipo de emociones pensando cómo se las
apañará el héroe ante los peligros que le salen al paso: la lucha con el oso
siberiano, las tormentas y la fuerza de la naturaleza, la prisión, la
tortura... Sólo una mujer, la joven Nadia, se mantendrá a su lado hasta el
final ».
Y esta es la
portada de ese ejemplar:
Por otro lado, he encontrado una página Web que tiene mucha información sobre su autor, Julio Verne, y buceando un poco en ella, he llegado hasta la versión en dibujos animados de Miguel Strogoff:
Hombre, es en francés, pero las animaciones están muy chulas, y además, ese idioma suena tan bien…
Como pueden ir
comprobando, en mi casa siempre hubo libros de todo tipo, y mis padres me
abrieron el abanico de la imaginación, me proporcionaron alas de papel. Y en
cierto modo, esas alas son ahora las de mi Pez Volador.
Para concluir,
les regalo una reflexión, que no es mía, sino del señor Verne:
“Todo lo que
una persona puede imaginar, otras podrán hacerlo realidad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si deseas contactar conmigo para hacer algún comentario privado, o para hacer alguna solicitud y/o petición, puedes hacerlo a través de mi correo electrónico: pazdusa@gmail.com