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domingo, 5 de mayo de 2013

A todas las madres...

-Hola pequeño, ¿qué te pasa? Te noto un poco triste.


-Es que mañana, en España, se celebra el día de la madre.


-¿Y eso te pone triste? ¿Por qué?


-Porque no sé qué es una madre, y no sé si yo puedo celebrar también ese día, como nuestros niños queridos. ¿Me ayudas a entenderlo?


-Claro que sí. Bueno, al menos voy a intentarlo.

Una madre es la persona que te hace el regalo más grande de todos, el de la vida. Te trae al mundo, bien a través de su propio cuerpo, bien formando parte de ella, aunque no te haya dado a luz.


-Ah, pues sí que es un regalazo. Pero, y yo, ¿cómo nací?


-Verás, tú naciste en mi cabeza. Allí te di forma, te imaginé, y desde ese mismo momento te quise, te di cariño. Y cuando estuviste listo, te presenté al mundo. Desde ese día, caminamos, volamos y nadamos juntos; y tesoro, quién sabe a dónde llegaremos.


-Entonces, ¿tú eres mi madre?


-Bueno, en cierto modo sí.


-Me gusta, mami. Venga, háblame más de las mamás, ¿cómo son?


-Las madres son geniales, aunque en ocasiones no estemos de acuerdo con ellas. Sí, a veces se ponen un poco pesadas, que si abrígate, que si debes comer bien, que si debes ser educado, en fin, todo eso. Pero, ¿sabes una cosa? Lo hacen por nuestro bien. Ellas solo quieren que estemos estupendamente, que seamos felices, y que la vida nos sonría.


-¿Siempre?


-Claro. Además, son como muchas protagonistas de los cuentos que tanto nos gustan, fantásticas, y mágicas: pueden convertir cuatro ingredientes en el manjar más apetitoso; saben remendar la ropa de tal manera que al usarla de nuevo luzcamos como reinas y reyes; consiguen enseñarnos que con unos lápices de colores y una hoja en blanco podemos crear los cuadros más vistosos. 
 

-¿Y solo hacen eso?


-¿Sólo? ¿Te parece poco?


-No, mami, es que como no sé cómo son, tengo una y mil preguntas.


-Ah, vale. 

Como te dije, no solo hacen eso, sino muchísimas cosas más. Trabajan duro cada día. Unas en oficinas, otras en casa. Unas fuera y otras, dentro.


¿Sabes qué? Creo que ellas son las que mantienen realmente los hogares. Su fuerza hace que los pilares se mantengan en pié. Los papás, o los compañeros, o quien gire en torno a las mamás, son, para mi, actores secundarios. Ey, pero te digo una cosa, qué importantes son esos secundarios. Además, piensa que muchas lo hacen solas, y tiran para adelante con o sin ayuda. Por eso son tan increibles, ¿no te parece?


-Sí que lo son. ¿Y qué más? ¿Cómo es tu mamá?


-¿La mía? Valiente, inteligente y una auténtica artista. Lo mismo borda, que pinta. Menuda imaginación. Chico, yo no he heredado esa cualidad. Fíjate qué cosa tan bonita me está haciendo. Forma parte del chaleco de un traje típico, y te lo aseguro, será precioso. Lo empezó mi abuela, y mi madre le está dando vida. Cuando lo termine te lo enseño. Este es un pequeño aperitivo:



Me ayudó con los estudios, teniendo toda la paciencia del mundo. Porque te diré que yo era un poco cafre, y empecé con los suspensos muy pronto. Digamos que me distraía con el vuelo de una mosca, y claro, eso tenía consecuencias. Pero ella siempre creyó en mi, y quiso que me esforzara, que estudiara, que no me quedara en el camino. Y vaya si lo consiguió. Creo que mi amor a las letras comenzó de su mano, por los libros que me compraba, las lecturas que elegía para mi. Como ésta, la de Momo, de Michael Ende, de la que hablamos tú y yo hace mucho tiempo ya. Ves, mi madre tenía, y sigue teniendo este tipo de detalles:



Dicen que conforme me voy haciendo mayor, más me parezco a ella. Puede ser. Los que la conocen lo sabrán, y si lo dicen, por algo será, ¿no? Yo, en esta foto, me saco un parecido. ¿Tú qué dices?



Sí, yo soy la renacuaja pizpireta a la que su madre está maquillando. ¡Qué cosas!, viendo esta foto me siento muy mayor.


-Yo no te veo mayor. 
 

-Querido Pez, eres un cielo. Creo que gracias a ti, al trabajo que hacemos juntos, nunca creceré del todo.


Mira, ahora que lo pienso, me siento muy afortunada por tener a mi madre cerca, por ver cómo va cumpliendo años y se va convirtiendo en alguien cada día más sabio. Me gusta poder seguir escuchando sus consejos. Mi reto es sorprenderla cada día, con pequeños o grandes actos. Hacer que se sienta orgullosa del trabajo que ha hecho, y sigue haciendo, con sus hijas.


-Oye, por qué no le dedicamos algo especial a tu mamá, y a las de nuestros niños queridos. Porque por lo que me has contado, las madres se merecen mimos cada día, y aunque haya un día especial dedicado a ellas, no podemos dejar de cuidarlas y quererlas el resto del año, ¿no?


-Eso es, mi pequeño Pez Volador. Y me parece una gran idea. A ver, ¿qué te parece si le dedicamos un libro y una canción?

-Síiii. Te propongo un trato: yo elijo las letras y tú la música. ¿Vale? 
 

-Perfecto. ¿Ya has pensado en una lectura bonita?


-Sí. Es este, A la sombra del olivo:





-Precioso, mi niño. Es una obra de la Editorial Kókinos, y reune 29 canciones infantiles del Magreb. Mira, me acabo de acordar de una anécdota sobre este libro. Ya sabes que mi hermana María es filóloga árabe. Bien, pues un día, María llevó este tesoro a una de sus clases. Por cierto, se lo regalé yo, ahora que recuerdo. Entre sus alumnos había una señora mayor que al escuchar una de las canciones que contiene el CD que acompaña al libro se emocionó, porque la había oído antes. Su abuela se la enseño a su madre, y su mamá se la cantaba cuando ella era pequeñita.


-Oh, qué tierno. Venga, pues pon tú la música. ¿Qué tienes pensado?


-En casa siempre nos ha gustado la música, y nos encantaba ir a comprar discos para regalárselos a nuestros padres en ocasiones especiales. Éste es uno de ellos, y era, bueno, es, de mi madre:





Es el We can't dance, de un grupo muy bueno que se llamaba Genesis. Este álbum fue su recopilatorio de despedida, y se publicó en 1991. De entre todos los temas, elijo éste para dedicárselo a todas las mamás del mundo: Tell me why, porque ellas tienen todas las respuestas a nuestras preguntas.






-Bueno, pequeño, ¿qué te ha parecido?, ¿ya sabes qué es una mamá?


-Sí, algo como tú. Ya sé que tú no tienes pequeñajos, pero me tienes a mi. Y si algún día te llegan, no te preocupes, yo les contaré lo que tú me has enseñado. Gracias Paz, mi mami.


-Gracias a ti, mi Pez Volador. 
 

Un besito

jueves, 25 de octubre de 2012

Por una sonrisa, un cielo

Dedicado a J. A.


-¿Qué tal estás hoy?

-Bueno, podría estar mejor, pero intento salir adelante. 


Detrás de estas dos sencillas frases se esconde un mundo. La situación laboral actual es muy delicada, y cada día, cientos de personas, miles, se enfrentan a la búsqueda de empleo. Hay que entender que este trabajo, porque lo es, requiere una fortaleza física y moral que no siempre es fácil de encontrar, tener o mantener. 


A veces, estas personas, al levantarse, tras una noche de sueño sin descanso, pueden llegar a parecer auténticas Mariquitas gruñonas. 





Eric Carlé, en 2004, publicaba este libro con la Editorial Kókinos, y entre sus páginas ilustradas, podemos ver la evolución de un ser que no tiene ganas de relacionarse con el mundo.  

Es curioso. Está recomendado a partir de los 3 años. Y me parece perfecto para los tiempos que corren. Muchos niños no saben lo que le pasa a papi o a mami. Ellos no entienden por qué no sonríen tanto, y por qué están nerviosos o irascibles. A esa edad, las explicaciones sobran. Los pequeños necesitan las mismas atenciones. Con este álbum ilustrado seguirán sin comprender la situación de sus mayores, pero aprenderán que se puede tener un mal día, y que no por ello la esencia de la persona cambia. Les dejo la reseña, para que tengan más datos:

  
Tras el enfado por la situación, llegan las preguntas del millón. ¿Por qué me está pasando esto?, ¿cuánto va a durar?, ¿seré capaz de ser fuerte? Una y mil cuestiones se nos vienen a la cabeza, y hay momentos en los que creemos que no vamos a ser capaces de continuar con el peso del mundo sobre nuestros hombros. ¿Qué tal si preparamos un conjuro para cambiar las cosas?



Esta es la portada del libro que tengo en casa. Ha cambiado, y en la actualidad lo podemos encontrar así:



El ponche de los deseos, escrito por Michael Ende y publicado por primera vez en España en 1989 de la mano Ediciones S. M., nos cuenta la historia de un hechicero un poco chapuzas, que se vale de la magia para cambiar su vida. No todo le sucede como él quiere, y tendrá algún que otro problemilla que tendrá que solventar. Aquí pueden encontrar más datos:
  
Con hechizos o sin ellos, piensen que la auténtica magia, la que cuenta, la que no necesita de fórmulas especiales, se encuentra en el interior de cada cual. Sé que no siempre resulta fácil ver la cara amable de la vida, pero debemos intentarlo. ¿Y saben cómo creo que se puede llegar a conseguir? Con una sonrisa, al menos una al día.  

Les invito a poner en marcha la terapia de hoy, dibujar una curva positiva en el rostro. La maldad, el paro, la crisis, las desgracias, van a seguir ahí, al otro lado de la puerta, esperando a darnos un abrazo negro. Pero con una sonrisa, seguro que consiguen poner un rayo de sol en el cielo gris. 

Prueben…  
 

Ah, y recuerden, estos libros de los que les he hablado son para sus niños queridos. Ellos estarán encantados de que pasen un ratillo al día compartiendo sus letras e ilustraciones, enseñándoles que la vida es algo más que juguetes y caprichos.

Y para finalizar hoy, me quedo con un verso de la Rima XXIII de Gustavo Adolfo Béquer: 

Por una sonrisa, un cielo  

¡Buena Suerte!




lunes, 24 de septiembre de 2012

La vuelta


Se acabaron mis vacaciones. He disfrutado, he descansado, y sí, también he trabajado.

La última etapa de mis días de descanso la he pasado en el hogar donde se desarrolló mi infancia y parte de mi adolescencia. Tras esa casa hubieron otras, en diversos lugares, incluida en la que resido actualmente. Pero esa, ¡ay, esa!, es la que me despierta más sentimientos, la que me induce a la nostalgia.

Bien, mi trabajo ha consistido en catalogar los libros infantiles con los que cuento. Fotografiarlos -pido perdón de antemano por algunas instantáneas, ya que reconozco que no son muy buenas- y meterlos en mi mochila particular para presentárselos. Evidentemente, los he tenido que dejar allí, donde me estarán esperando cada vez que regrese, física o mentalmente.

Son muchos, sí, e intuyo que algunos de ellos ya no será posible conseguirlos, pero aún no sé cuales serán.




Ahora viene la segunda parte de mi misión. Tengo que clasificarlos, ordenarlos, e ir haciendo las averiguaciones pertinentes. Saber si se pueden adquirir en la actualidad, y en qué formatos están disponibles.

Y como por algún lado hay que comenzar, lo haré con una petición llegada desde Italia.

Se trata de un libro que estuvo presente en la niñez de una persona, y que resulta que en la mía también. Esta es la prueba:


Esta costumbre la sigo teniendo, firmar y fechar mis libros. Ahora, incluso, escribo el lugar donde he comenzado a leerlos.

Incisos a parte, sí, es Momo, de Michael Ende.

Publicada por primera vez en 1973, narra la la historia de una niña huérfana italiana, que cuenta con una particularidad: tiene la habilidad de escuchar.

Ella, con su imaginación y su decisión, será capaz de vencer a los Hombres grises, unos malvados seres que tienen como misión despojar del tiempo a los habitantes de la ciudad.

En la aventura le acompañan Gigi Cicerone, Bepo Barrendero, y la tortuga Casiopea, un ser especial que se comunica mediante mensajes luminosos en su caparazón.


La Editorial Alfaguara lo sigue comercializando, y lo recomienda para niños de 12 años en adelante. Es fácil conseguirlo en cualquier librería. También es posible adquirirlo en formato digital, y he comprobado que es muy asequible y sencillo de localizar en la Web.

Y por último, he encontrado esta maravillosa película italiana, dirigida por Enzo D'alò, y que nos regala, en dibujos animados, el libro de Ende:


Bien, con este personaje tan especial comienzo de nuevo. Seguiré trabajando, y pronto, en el Pez Volador, irán descubriendo mis tesoros, esos que tengo en las estanterías que antes les mostré.

Para despedirme, he elegido esta frase del libro:

Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esta cosa es el tiempo”.

¡Hasta pronto!


domingo, 19 de agosto de 2012

Fantasía a raudales


Me resulta un placer hablar de esta historia. Fue uno de los primeros libros que me hizo amar la lectura; que me abrió el camino de la literatura fantástica; y que me proporcionó mi primera pequeña desilusión cinematográfica.

La historia interminable, de Michael Ende, llegó a mis manos en 1983. El aspecto del libro, publicado por la Editorial Alfaguara, no era muy apetecible, con las tapas en gris y azul, y con las letras en amarillo y rojo. En fin, nada del otro mundo. Con esta apariencia, todo apuntaba a que seria un libro un poco aburrido:




Sin embargo, una gran sorpresa me esperaba en su interior. En seguida me impliqué en la historia, y llegué a sentir las emociones y las angustias de los personajes del libro, que a grandes rasgos, se enfrentan a la desaparición del Reino de Fantasía, que poco a poco está siendo devorada por La Nada. ¿Y qué es La Nada? Es difícil de definir, pero para mi era un monstruo sin rostro ni cuerpo, llena de malos sentimientos, y, sobre todo, de la falta de imaginación de los seres humanos.

Eso es lo que realmente estaba destruyendo ese reino, y si lo pensamos bien, el mundo tal y como lo conocemos. Por eso siempre he vivido un poco en las nubes, porque he creído, y creo, que la imaginación es, en buena parte, lo que me ayuda a sentirme viva.

Como no quiero “copiar y pegar” cosas que ya están escritas, les paso la entrada de Wikipedia en la que se habla del libro; especialmente curiosa me resulta la parte en la que se menciona el  Proceso de creación. Se los recomiendo:


Actualmente, la Editorial Alfaguara sigue publicando el libro, en su sección Juvenil. La última edición disponible es del año 2007:



Por cierto, también es posible conseguirlo como libro electrónico en numerosas páginas Web, como por ejemplo ésta:


Según voy avanzando en este mi reto personal, el de posicionar los libros de mi pasado en la actualidad, me he dado cuenta de una cosa: hoy en día se recomiendan muchas de mis lecturas favoritas a niños de una edad superior a la que yo tenía cuando disfruté de ellas. Por ejemplo, éste que me ocupa ahora. La Historia Interminable está orientada a partir de 12 años.

Y me pregunto por qué. Supongo que es un debate abierto, en el que habrá opiniones para todos los gustos. ¿La mía? Que la infancia de ahora tiene quizás más entretenimientos que nosotros, o al menos, distintos, y que entre sus distracciones no se encuentra la lectura. No tienen el hábito, y tampoco, en líneas generales, se les fomenta. Por eso, la pesada de Paz, cada vez que tiene que hacer un regalo a un menor, elige un libro. No sé qué harán con él, si acabará olvidado, o si los padres animaran a su lectura, o si ellos mismos se sentirán tentados a leerlo. Esta última opción es mi verdadera esperanza.

¿O es que la rara era yo, que me gustó leer desde pequeña?

En cuanto a la película, me decepcionó en su momento porque no fue un fiel reflejo del libro. Es verdad, era una tarea difícil, y la prueba está en que se dejaron media novela fuera. Pero, hay que reconocer la labor de su director, Wolfgang Petersen, que en el año 84 nos regaló casi 100 minutos de auténtica aventura, que supo transmitir la magia del libro, y que puso rostro a unos personajes que forman parte de nuestro imaginario particular, como por ejemplo, al guerrero Atreyu, a la dulce Emperatriz, al suave dragón blanco Fujur; o a dos de mis favoritos, el Comepiedras, y la vieja tortuga Morla.

Este es su trailer, con la canción The neverending story, compuesta para el film por Moroder, e interpretada por el cantante Limahl. Si pueden, véanla de nuevo. Sigue siendo mágica.



Les recomiendo que rescaten este libro de sus bibliotecas, le quiten la capa de polvo que tenga encima, y se lo presenten a los niños que tienen a su alrededor. Pondrán en marcha sus cerebros, y eso es algo que ahora no les agradecerán, pero puede que sí en el futuro.

Concluyo hoy con una frase que aparece en La Historia Interminable, y que me resulta completamente actual:

“(…) Porque el humano sin esperanzas es fácil de controlar y aquél que tenga el control, tendrá el Poder.”

Puede que sus niños no la acaben de entender, pero, ¿a que ustedes sí? …