lunes, 24 de septiembre de 2012

La vuelta


Se acabaron mis vacaciones. He disfrutado, he descansado, y sí, también he trabajado.

La última etapa de mis días de descanso la he pasado en el hogar donde se desarrolló mi infancia y parte de mi adolescencia. Tras esa casa hubieron otras, en diversos lugares, incluida en la que resido actualmente. Pero esa, ¡ay, esa!, es la que me despierta más sentimientos, la que me induce a la nostalgia.

Bien, mi trabajo ha consistido en catalogar los libros infantiles con los que cuento. Fotografiarlos -pido perdón de antemano por algunas instantáneas, ya que reconozco que no son muy buenas- y meterlos en mi mochila particular para presentárselos. Evidentemente, los he tenido que dejar allí, donde me estarán esperando cada vez que regrese, física o mentalmente.

Son muchos, sí, e intuyo que algunos de ellos ya no será posible conseguirlos, pero aún no sé cuales serán.




Ahora viene la segunda parte de mi misión. Tengo que clasificarlos, ordenarlos, e ir haciendo las averiguaciones pertinentes. Saber si se pueden adquirir en la actualidad, y en qué formatos están disponibles.

Y como por algún lado hay que comenzar, lo haré con una petición llegada desde Italia.

Se trata de un libro que estuvo presente en la niñez de una persona, y que resulta que en la mía también. Esta es la prueba:


Esta costumbre la sigo teniendo, firmar y fechar mis libros. Ahora, incluso, escribo el lugar donde he comenzado a leerlos.

Incisos a parte, sí, es Momo, de Michael Ende.

Publicada por primera vez en 1973, narra la la historia de una niña huérfana italiana, que cuenta con una particularidad: tiene la habilidad de escuchar.

Ella, con su imaginación y su decisión, será capaz de vencer a los Hombres grises, unos malvados seres que tienen como misión despojar del tiempo a los habitantes de la ciudad.

En la aventura le acompañan Gigi Cicerone, Bepo Barrendero, y la tortuga Casiopea, un ser especial que se comunica mediante mensajes luminosos en su caparazón.


La Editorial Alfaguara lo sigue comercializando, y lo recomienda para niños de 12 años en adelante. Es fácil conseguirlo en cualquier librería. También es posible adquirirlo en formato digital, y he comprobado que es muy asequible y sencillo de localizar en la Web.

Y por último, he encontrado esta maravillosa película italiana, dirigida por Enzo D'alò, y que nos regala, en dibujos animados, el libro de Ende:


Bien, con este personaje tan especial comienzo de nuevo. Seguiré trabajando, y pronto, en el Pez Volador, irán descubriendo mis tesoros, esos que tengo en las estanterías que antes les mostré.

Para despedirme, he elegido esta frase del libro:

Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esta cosa es el tiempo”.

¡Hasta pronto!


domingo, 2 de septiembre de 2012

Magia y exotismo


 

Corría el año 1829. Washington Irving, un escrito americano, llega a Granada, y consigue alojamiento en un lugar que rebosaba magia y energía por cada rincón: La Alhambra.

La Alhambra desde San Nicolás
Detalle localizable dentro del Palacio

Hace amistad con los lugareños, y éstos le transmiten las leyendas y las tradiciones del Palacio, y empieza a idear un libro, que en un principio, se llamará “Conjunto de cuentos y bosquejos sobre moros y españoles”. No será hasta unos años después cuando el propio autor le cambie el nombre, y le regale al mundo “Los cuentos de la Alhambra”. Y es increíble cómo las raíces de este libro siguen creciendo año tras año.

En uno de los accesos de Palacio

He estado unos días en la maravillosa ciudad de Granada, y da gusto comprobar como Irving esta presente por todas partes, e incluso, en versiones adaptadas a los niños.



Otros autores profundizaron en las historias del palacio árabe y sus habitantes; pero este autor, Irving, supo transmitir la delicadeza y el exotismo de ese increíble lugar.

El libro, que se puede conseguir fácilmente, tanto en formato papel como en digital,  contiene los siguientes cuentos:

*El viaje
*Gobierno de la Alhambra
*Interior de la Alhambra
*La Torre de Comares
*Consideraciones sobre la dominación musulmana en España
*La familia de la casa
*El truhán
*La habitación del autor
*La Alhambra a la luz de la luna
*Habitantes de la Alhambra
*El Patio de los Leones
*Boabdil el Chico
*Recuerdos de Boabdil
*El balcón
*La aventura del albañil
*Un paseo por las colinas
*Tradiciones locales
*La casa del Gallo de Viento
*Leyenda del astrólogo árabe
*La Torre de las Infantas
*Leyenda de las tres hermosas princesas
*Visitadores de La Alhambra
*Leyenda del príncipe Ahmed al Kamel o El peregrino del amor
*Leyenda del legado del moro
*Leyenda de la Rosa de La Alhambra o El paje y el halcón
*El veterano
*Leyenda del Gobernador y el Escribano
*Leyenda del Gobernador manco y el Soldado
*Leyenda de las dos discretas estatuas
*Mohamed Abu Alhamar, el fundador de La Alhambra
*Yusef Abul Hagig, el finalizador de La Alhambra

Pero que ya saben que el destinatario del Pez Volador es el público infantil. Pues bien, callejeando por la ciudad andaluza, me topé con “Los cuentos de la Alhambra para niños”.

No lo pude evitar, me compré el libro:

 
Delante de la Iglesia de Santa Ana
 

Se trata de una adaptación literaria llevada a cabo por Miguel Ángel González, con ilustraciones de Enrique Bonet y fotografías de Pablo López Ramírez, publicada por la Editorial Comares. Los responsables de la obra han escogido las siguientes historias, ya que en su experta opinión son las más atractivas para los jóvenes lectores:

*El astrólogo árabe
*El príncipe Ahmed al Kamel o el peregrino del amor
*El legado del moro.
*Las tres hermosas princesas
*La Rosa de la Alhambra
*Las dos discretas estatuas
*El soldado encantado

Sinceramente, me han resultado muy amenas, y las ilustraciones me han hecho la lectura aún más divertida.

De verdad, si pueden, no dejen de visitar Granada en general, y la Alhambra en particular. Mientras ese momento llegue, disfruten de una gran lectura, tanto la versión para adultos como la de los más pequeños.

Para despedirme hoy, he elegido Lindaraja, una composición creada en 1901 por Claude Debussy, inspirada en la Alhambra.


 Hasta pronto... 

**Las fotos son mias

jueves, 23 de agosto de 2012

Una de viajes


Será porque he comenzado ya mis vacaciones, me viene a la cabeza una serie de televisión que podríamos llamar mítica: La vuelta al mundo de Willy Fog. ¿Quién no ha imaginado alguna vez realizar un viaje así? No sé ustedes, pero yo sí.

De la mano de este caballero inglés recorrimos el planeta, vivimos unas aventuras estupendas, y vimos cómo se enamoraba de una princesa exótica. Vamos, que la serie tenía todos los ingredientes necesarios para que una soñadora como yo permaneciera pegadita al televisor el tiempo que duraba el capítulo del día.

Esta era su cabecera:


Pudimos verla en España a principios de los años 80, y fue una producción de BRB Internacional en asociación con Televisión Española.

En la actualidad, se pueden conseguir los episodios en Youtube. Con un poco de paciencia, se encuentran todos.

Fue una estupenda adaptación del libro de Julio Verne La vuela al mundo en 80 días, escrita por el visionario francés en 1872. En su libro, el protagonista se llama Phileas Fogg, y su ayudante, Jean Passepartout (Picaporte en castellano)

Esta fue una de sus primeras portadas:

 
Tanto el libro como la serie, cuentan la historia de un caballero inglés que hace una apuesta, y que cumplirá, por los pelos, después de pasar por mil y un contratiempos.

Los niños de hoy tienen la posibilidad de conocer esta entretenida historia con adaptaciones pensadas para ellos, como por ejemplo, la versión de Jerónimo Stilton, publicada por la Editorial Planeta:


Por otro lado, la Editorial Vicens Vives, dispone el libro en formato electrónico.

  
Es posible ver también alguna película basada en la obra de Verne. Yo, particularmente, me quedo con ésta de 1989, dirigida por Buzz Kulik, en la que Fogg está interpretado por Pierce Brosnan:


Buenas noches, y vuelen muy alto y muy lejos, déjense guiar por la imaginación, y lleven en este viaje a los pequeños de la casa, para que ellos también puedan dar la vuelta al mundo con los ojos de la fantasía…

domingo, 19 de agosto de 2012

Fantasía a raudales


Me resulta un placer hablar de esta historia. Fue uno de los primeros libros que me hizo amar la lectura; que me abrió el camino de la literatura fantástica; y que me proporcionó mi primera pequeña desilusión cinematográfica.

La historia interminable, de Michael Ende, llegó a mis manos en 1983. El aspecto del libro, publicado por la Editorial Alfaguara, no era muy apetecible, con las tapas en gris y azul, y con las letras en amarillo y rojo. En fin, nada del otro mundo. Con esta apariencia, todo apuntaba a que seria un libro un poco aburrido:




Sin embargo, una gran sorpresa me esperaba en su interior. En seguida me impliqué en la historia, y llegué a sentir las emociones y las angustias de los personajes del libro, que a grandes rasgos, se enfrentan a la desaparición del Reino de Fantasía, que poco a poco está siendo devorada por La Nada. ¿Y qué es La Nada? Es difícil de definir, pero para mi era un monstruo sin rostro ni cuerpo, llena de malos sentimientos, y, sobre todo, de la falta de imaginación de los seres humanos.

Eso es lo que realmente estaba destruyendo ese reino, y si lo pensamos bien, el mundo tal y como lo conocemos. Por eso siempre he vivido un poco en las nubes, porque he creído, y creo, que la imaginación es, en buena parte, lo que me ayuda a sentirme viva.

Como no quiero “copiar y pegar” cosas que ya están escritas, les paso la entrada de Wikipedia en la que se habla del libro; especialmente curiosa me resulta la parte en la que se menciona el  Proceso de creación. Se los recomiendo:


Actualmente, la Editorial Alfaguara sigue publicando el libro, en su sección Juvenil. La última edición disponible es del año 2007:



Por cierto, también es posible conseguirlo como libro electrónico en numerosas páginas Web, como por ejemplo ésta:


Según voy avanzando en este mi reto personal, el de posicionar los libros de mi pasado en la actualidad, me he dado cuenta de una cosa: hoy en día se recomiendan muchas de mis lecturas favoritas a niños de una edad superior a la que yo tenía cuando disfruté de ellas. Por ejemplo, éste que me ocupa ahora. La Historia Interminable está orientada a partir de 12 años.

Y me pregunto por qué. Supongo que es un debate abierto, en el que habrá opiniones para todos los gustos. ¿La mía? Que la infancia de ahora tiene quizás más entretenimientos que nosotros, o al menos, distintos, y que entre sus distracciones no se encuentra la lectura. No tienen el hábito, y tampoco, en líneas generales, se les fomenta. Por eso, la pesada de Paz, cada vez que tiene que hacer un regalo a un menor, elige un libro. No sé qué harán con él, si acabará olvidado, o si los padres animaran a su lectura, o si ellos mismos se sentirán tentados a leerlo. Esta última opción es mi verdadera esperanza.

¿O es que la rara era yo, que me gustó leer desde pequeña?

En cuanto a la película, me decepcionó en su momento porque no fue un fiel reflejo del libro. Es verdad, era una tarea difícil, y la prueba está en que se dejaron media novela fuera. Pero, hay que reconocer la labor de su director, Wolfgang Petersen, que en el año 84 nos regaló casi 100 minutos de auténtica aventura, que supo transmitir la magia del libro, y que puso rostro a unos personajes que forman parte de nuestro imaginario particular, como por ejemplo, al guerrero Atreyu, a la dulce Emperatriz, al suave dragón blanco Fujur; o a dos de mis favoritos, el Comepiedras, y la vieja tortuga Morla.

Este es su trailer, con la canción The neverending story, compuesta para el film por Moroder, e interpretada por el cantante Limahl. Si pueden, véanla de nuevo. Sigue siendo mágica.



Les recomiendo que rescaten este libro de sus bibliotecas, le quiten la capa de polvo que tenga encima, y se lo presenten a los niños que tienen a su alrededor. Pondrán en marcha sus cerebros, y eso es algo que ahora no les agradecerán, pero puede que sí en el futuro.

Concluyo hoy con una frase que aparece en La Historia Interminable, y que me resulta completamente actual:

“(…) Porque el humano sin esperanzas es fácil de controlar y aquél que tenga el control, tendrá el Poder.”

Puede que sus niños no la acaben de entender, pero, ¿a que ustedes sí? …

jueves, 16 de agosto de 2012

Alas de papel

El otro día hablé de un libro clasificado para mujeres, y hoy toca compensar con uno que podría ser para ellos.

He escrito ciertas palabras en cursiva para poner el acento sobre ellas, porque lo cierto es que no me gusta hacer distinciones. Cualquier libro puede ser leído por todo aquel que le apetezca sumergirse entre sus páginas. ¿O es que en el colegio, en el instituto, o en la universidad, cuando teníamos lecturas obligatorias, el profesor separaba la clase entre chicos y chicas para repartir los textos entre unos y otras? No, ¿verdad? Yo no lo recuerdo.

Me gustaría pensar que en las familias ocurre igual, que no se eligen las lecturas por géneros, porque en mi opinión, eso supone una discriminación enmascarada. Debo aclarar que no tengo hijos, y puede que por este motivo piense así. Aunque creo que si algún día los tengo, me preocuparé por proporcionarles los textos en función de sus gustos, sin tener en cuenta si llevan faldas o pantalones.

Este rollo viene a cuento porque el libro del que les quiero hablar hoy me lo regalaron en 1986, y, en principio, se sale de los cánones establecidos en materia de regalos para niñas. El caso es que disfruté con él muchísimo, sobre todo porque me descubrió unos paisajes lejanos, y una cultura que desconocía por completo.

Se trata de Miguel Strogoff, de Julio Verne, publicada por primera vez en 1876.

Este es mi ejemplar, publicado por la Editorial Molino. Por cierto, esta editorial ya no lo tiene en su catálogo.


Esta es la reseña que podemos encontrar en el Grupo Edebé, que lo  tiene a la venta para jóvenes de 16 años. Así que como verán, no se trata de una lectura infantil, pero sí para jovencitos que quieran vivir aventuras en papel. Como curiosidad, les diré que yo me lo leí con 12 años.
«Miguel Strogoff, es en realidad un agente secreto del zar de Rusia y, como tal, un hombre de acción. Su misión es llevar un importante mensaje al otro extremo del imperio, sacudido en esa época por levantamientos y guerras, plagado de espías y amenazas. El lector vivirá con él todo tipo de emociones pensando cómo se las apañará el héroe ante los peligros que le salen al paso: la lucha con el oso siberiano, las tormentas y la fuerza de la naturaleza, la prisión, la tortura... Sólo una mujer, la joven Nadia, se mantendrá a su lado hasta el final ».

Y esta es la portada de ese ejemplar:

Por otro lado, he encontrado una página Web que tiene mucha información sobre su autor, Julio Verne, y buceando un poco en ella, he llegado hasta la versión en dibujos animados de Miguel Strogoff:


Hombre, es en francés, pero las animaciones están muy chulas, y además, ese idioma suena tan bien…


Como pueden ir comprobando, en mi casa siempre hubo libros de todo tipo, y mis padres me abrieron el abanico de la imaginación, me proporcionaron alas de papel. Y en cierto modo, esas alas son ahora las de mi Pez Volador.

Para concluir, les regalo una reflexión, que no es mía, sino del señor Verne:

“Todo lo que una persona puede imaginar, otras podrán hacerlo realidad”.

 






lunes, 13 de agosto de 2012

Una historia sencilla


El libro del que les voy a hablar ha estado en varias ocasiones en mi mesa de noche, porque lo he leído, por lo menos, tres veces.

No es un libro de aventuras, ni de grandes héroes comerciales, ni con muchos dibujos o ilustraciones.

Es un libro, podríamos decir, femenino, y a pesar de ello, me gustó, y me seguirá gustando toda la vida. Y esto lo aclaro porque no me gustan los libros catalogados “para mujeres”, o “de chicas”. Sinceramente, me aburren los argumentos en los que, básicamente, las mujeres, que siempre tienen que estar estupendas, tienen la obligación de esperar y ser encontradas por el hombre de sus sueños. Y si no es un príncipe azul, bueno, no pasa nada, porque es un ser masculino que se ha fijado en ellas. Y con eso, en ese tipo de libros, parece ser suficiente, ya que a priori, las féminas no aspiramos a nada más.

En fin, retomo el tema. El libro del que les voy a hablar no es así, a pesar de estar protagonizado por cinco mujeres, y que fue publicado, por primera vez, en 1868.

Se trata de Mujercitas, de Louisa May Alcott, que narra la transformación de unas niñas en mujeres, con la Guerra Civil de Estados Unidos como fondo. La autora plasma en esta obra sus propias experiencias de niña, cuando vivía en la ciudad de Concord, Massachusetts, lugar en el que se desarrolla la trama.


Foto de Louisa May Alcott
Lo traigo a este espacio porque la primera vez que lo leí tendría unos 10 años. Y desde sus primeras hojas, me cautivó y me hizo sentir como una más de sus protagonistas. Me quedo con algo de todas ellas, porque en su conjunto, forman un todo único y especial.

Se las presento:


Portada de una edición de 1880
La madre, la señora March, es la que aparece en el centro, rodeada de sus mujercitas: Jo (Josephine), Meg (Margaret), Beth (Elizabeth) y Amy. Una de ellas muere, y sin duda, marca un antes y después en la obra. Se trata de… Ahhh

La matriarca fomentará en sus hijas unos valores que ella considera fundamentales: la educación, la independencia y la pasión por lo que se hace, desde ayudar a los más necesitados, hasta escribir o leer un libro.

Otros personajes que destacan en la obra son el joven vecino de los March, Laurie (James Laurence), que se acabará casando con una de las chicas, concretamente con… Ahhh

Y la Tía March, personaje que representa la forma de pensar de la época. Se muestra contraria a los valores que proporciona la señora March a sus hijas, muy modernos para su gusto, y que, según la anciana, no ayudarán a conseguir marido a las chicas, principal objetivo de las jóvenes de aquellos tiempos. Muere viuda y sóla, y deja la casa a una de las jóvenes, que la acabará convirtiendo en… Ahhh

Hay muchos más personajes que ayudan a construir esta historia sencilla, pero para mí, esos son los grandes protagonistas.

Hoy en día, el libro se consigue fácilmente. Pero he buceado un poquito más, y he encontrado algunas versiones más modernas, quizás dirigidas a los niños de hoy en día.

Me ha llamado la atención, por ejemplo, este ejemplar de la Editorial Planeta, perteneciente a la colección de Gerónimo Stilton:



Se trata de una adaptación de la obra de Alcott, que si bien cambia algunas palabras respecto del original, está muy lograda, y las ilustraciones tienen un punto muy divertido. Me ha gustado porque no es una nueva visión del clásico, sino que cuenta la historia tal y como la conocemos, pero con matices distintos.

Por otro lado, el 10 de junio de 1992, Antena 3 estrenaba una serie japonesa, basada en Mujercitas. Contó con 48 episodios, y he localizado bastantes capítulos en internet, por lo que resulta relativamente fácil dar con ellos. Esta era su cabecera.


Y por último, les presento los carteles de dos de las películas que se han filmado basándose en el libro de Louisa May Alcott. La primera es de 1949, y la otra, de 1994. No sabría decirles cuál me gusta más:



Me resulta increíble que esta obra siga siendo leída casi 150 años después de su publicación. Y creo que eso se debe a que muchas mujeres han ido pasando el libro a sus hijas, generación tras generación; y así ocurrió, por ejemplo, conmigo.

Ahora, les propongo rizar el rizo. Sigan la cadena, disfruten con sus hijas de este libro. Pero también con sus hijos. No les dejen fuera de la magia de esta lectura por el mero hecho de ser chicos. Marmie March no lo hubiera permitido…

viernes, 10 de agosto de 2012

Esa musiquita…


Ya me han comentado que uno de los daños colaterales de este blog es que estoy haciendo recordar las bandas sonoras de la infancia de más de uno; que esas musiquitas se meten en la cabeza, y como consecuencia, los tarareos insistentes no paran durante horas.

No es tan malo, ¿no?

Bueno, pues mientras perfilo mi siguiente entrada, aquí les dejo otra.

Se trata de una serie que me encantaba, y su sintonía era muy pegadiza. Se llamaba El valle secreto, y era australiana, de 26 episodios, y se pudo ver en España, por primera vez, en 1982.

A ver si les suena:


Un grupo de chiquillos ayudaban al anciano Dan McCormack a transformar un antiguo parque de su propiedad en un campamento de verano, que fue bautizado posteriormente con el nombre de “Valle Secreto”.

Pero como siempre tiene que haber un grupo de malotes en toda serie que se precie, en esta también, y eran los miembros de la “banda de la araña”. Ellos, junto a un grupo de especuladores, trataban de boicotear todo lo que se hacía para mejorar el campamento.

Y aquí va su cabecera, que, a modo de curiosidad, les diré que es una canción popular australiana de finales del siglo XIX, titulada Waltzing Matilda.




Como complemento, les paso parte de la traducción de su letra:

Tuve un sueño en el que podía cabalgar por encima de la montaña
Derecho al camino donde el mar se vuelve azul
Árboles jóvenes, eucaliptos,
Elevándose hasta tocar el cielo.
Conozco un lugar donde todo se vuelve realidad,
Conozco un valle, conozco un valle.
Mi valle secreto que el mundo tiene que ver,
un lugar al que los niños de todo el mundo son bienvenidos.
Por favor, ven y comparte el valle secreto conmigo.
(…)

¿Y saben qué? Resulta que me recuerda al lugar donde, hace poco, hablé de esta serie. Es el hotel de un amigo, La Poshada Rural, y les aseguro que es el sitio perfecto para acordarse de cualquier cosa…

  
¡Hasta la próxima!, y pido perdón de antemano por los tarareos espontáneos.